Este es un tema de enorme significación política, consecuencia del involucramiento en profundidad de los individuos y organizaciones representativas de la sociedad en las estructuras institucionales nacionales, por el compromiso y la responsabilidad que se adquiere en la construcción y el trazado de las líneas políticas trascendentales en la toma de decisiones, a efectos del logro de objetivos generales, y obviamente particulares referidos a nuestro sector de jubilados y pensionistas, en este último caso, por supuesto, en, armonía con los primeros.
Nos enorgullece que en Uruguay en general y en la Seguridad Social en particular, la participación social es amplia e intensa, abarcando la formulación y decisión de políticas y su aplicación y evaluación de resultados. Todo ello a partir de la profunda integración institucional al BPS, lo que le otorga fuerte legitimidad política. Favoreciendo por otra parte su transparencia y la del sistema político, otorgándole gobernabilidad y profundidad democrática al país, lo cual es ampliamente reconocido a nivel regional y mundial.
Queremos expresar con total y absoluta convicción, que la participación hoy, concretada en función de lo dispuesto en nuestra Constitución, es trascendente por sí misma. Por ser profunda y políticamente justa y necesaria, acorde al concepto democrático representativo que nos rige.
Reiteradamente hemos expresado que los sistemas de Relaciones Laborales y Seguridad Social, basados en el diálogo y participación, tienen mucho que ver con la calidad de la sociedad toda.
Creemos que nuestro sistema de Seguridad Social y Protección Social, y la integración de la sociedad a través de sus representantes en el Directorio del BPS, es una demostración por demás elocuente en tal sentido.
HACIENDO UN POCO DE HISTORIA
1992 fue una fecha clave. Se concretaba la integración institucional de los sectores sociales al Directorio del BPS. Hay que decirlo: el proceso había sido largo, muy largo.
Nuestra rica y fecunda historia, finalizando el siglo XIX se concretaba una primera experiencia participativa de sectores sociales en organismos de administración y/o dirección de Seguridad social. Fue en la Caja de Jubilaciones y Pensiones Escolares, de acuerdo a la Ley Ciganda, así llamada por ser quien la propuso…… Por otra parte, en 1904 se creaba la Caja Civil, y en 1919, la de Jubilaciones y Pensiones de Empleados y Obreros de Servicios Públicos, mediante la denominada Ley Carnelli. En ambos casos se contemplaba la participación social.
Estas leyes, que ofrecían seguridad y protección social y la participación de los representantes sociales, vienen de la mano de prohombres que estimaban que la seguridad social era una herramienta insustituible para la redistribución de la riqueza de su pueblo. Sin dudas la seguridad social nació del seno de legisladores electos por el pueblo, donde se discutía cómo hacer mejor la ley y no cómo se puede hacer para restringir o privatizar las prestaciones sociales.
Permítannos señalar que añoramos hombres como Evaristo Ciganda, Lorenzo Carnelli, Juan Antonio Rodríguez, Domingo Arena, Roxlo, Vaz Ferreira, Frugoni, Quijano, Washington Beltrán, Lorenzo Ríos, Dr. Jorge Bruni, Rocha Imaz, Guillermo Chiflet y tantos otros.
REFORMA DE LA CONSTITUCIÓN – AÑO 1967: INGRESO DE LOS DIRECTORES SOCIALES 1992… 25 LARGOS AÑOS
¡Claro que el camino fue largo! Existieron posiciones negativas referidas al tema a lo largo de los años. Dos actores o situaciones políticas han sido relevantes. Una, las dictaduras. Primero, la de 1933 del Dr. Gabriel Terra, que arrasó con la intervención de los trabajadores en los organismos del Estado.
Cuarenta años después, la dictadura cívico-militar puso dificultades, prohibiciones, a diversas participaciones sociales en instituciones que se habían creado, la mayoría de ellas en los años 40 y posteriores del siglo pasado. Nos referimos a las Cajas de Asignaciones Familiares, Cajas por Desocupación en la Industria Frigorífica, Seguros por Enfermedad, Bolsas de Trabajo, etc., a lo que se agregan las denominadas Cajas Paraestatales: Bancaria, Profesional y Notarial.
Por otra parte, el otro sector enemigo de la participación social, sea por intereses o por (¿convicción?) fueron los sectores conservadores de derecha, que si bien minoritarios, gozaban de un amplio poder y les molestaba tener que compartir espacios de influencia y decisión.
La vida política ha demostrado recientemente que siguen escuchándose planteos cuestionando nuestra participación, como había sucedido con anterioridad a 1992. Admitamos que, al menos por ahora, son posiciones un tanto aisladas. Si se quiere, esa actitud es comprensible: no podían quedarse quietos, ya que se les había eliminado el manejo clientelístico de la previsión social, generándoles enormes molestias.
EL HOY Y EL FUTURO
Se cumplieron 33 años de aquel histórico día del 7 de octubre de 1992. Existen aniversarios que se conmemoran, esto es, solo se recuerda a alguien o algún hecho. Otros, en cambio, se festejan con alegría y profundidad por la trascendencia que revistieron en su momento y por sus consecuencias de futuro. Esa es la sensación que se tiene cuando han transcurrido más de tres décadas de ese hecho histórico para la Seguridad Social y para el país.
Sin duda se ha generado mayor estabilidad, logrando consensos que son necesarios para la legitimidad de las decisiones, reafirmando la estabilidad democrática del país, otorgándole mayor profundidad a la discusión y decisiones que se adopten, facilitando por otra parte la implementación y evaluación de las mismas.
Hoy el Banco de Previsión Social resulta un paradigma de participación real, no solo para nuestro país, sino para la región y el mundo, siendo un ejemplo digno de imitar por lo que significa como estabilidad del sistema y por tanto en su repercusión en la calidad de la sociedad toda. Se han producido muchos cambios positivos en la gestión, eso es indudable.
Queremos recordar con orgullo y alegría a los compañeros don Luis Alberto Colotuzzo y Ernesto Murro, Directores Sociales por aquellos años, cuando hacían sentir molestos a una parte del sistema político, que incluso originó más de una vez la amenaza de juicio político y destitución.
Estas batallas sociales y políticas se ganaron en base a honestidad y a una enorme capacidad de trabajo en función de los principios de solidaridad entre todos los uruguayos.
Por estos y otros motivos es que reivindicamos una vez más la permanencia insoslayable de los Directores Sociales en los organismos del Estado y la independencia del criterio, lo cual es avalado por quienes nos designaron para el desempeño de tan noble y fecunda actividad.
Para concluir
En definitiva, Uruguay tiene en los representantes sociales un capital político social que no solo le da solidez, eficiencia, sino que lo proyecta prestigiosamente a nivel nacional, regional y mundial. Lo cual origina la gran responsabilidad hacia el futuro de seguir profundizando y mejorando la participación social institucionalizada, esto es y en definitiva, a la administración democrática.
Porque tener, como tiene nuestro país, sistemas participativos, le otorga legitimidad política, permitiendo, con todas las dificultades que ello significa, crear y proyectar políticas de Estado con visión estratégica.
Y sin duda, la Seguridad y Protección Social tiene mucho que ver con nuestro futuro.
SIXTO AMARO